Texto argumentativo "Cambio de luces" , de Julio Cortázar y "La intrusa", de Jorge Luis Borges
La mujer invisible
En “Cambio de luces” y “La intrusa”, tanto Cortázar como Borges presentan mujeres que se convierten en meros objetos de deseo, cuya subjetividad es ignorada por completo. En "Cambio de luces", Tito Balcárcel idealiza obsesivamente a Luciana y exige que ella modifique su apariencia y entorno para encajar en su fantasía, construyendo una atmósfera “cenicienta” tal como él la imaginó. Ella acepta cambiar su cabello, pero al final él descubre que ha sido reemplazado por el ideal de Luciana, lo que evidencia su ignorancia de sus verdaderos deseos . En La intrusa, los hermanos Nilsen reducen a Juliana a un objeto común: la comparten sin preguntar por su opinión y luego la venden a un prostíbulo para resolver sus conflictos, sin mostrar señal de empatía o reconocimiento de su interioridad .
En ambos relatos, las mujeres no existen por sí mismas, sino como espejos y trofeos de la subjetividad masculina. Sus emociones, voluntades y deseos son silenciados: Luciana se pierde tras el ideal de Tito, y Juliana es desposeída de agencia por los hermanos. Este tratamiento evidencia una dinámica profundamente desigual. La narración sexualiza a la mujer y la cosifica, percibiéndola únicamente como medio para la satisfacción masculina.
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